Este emblemático personaje de la versión clásica de El Mago de Oz, fue interpretado por la actriz Margaret Hamilton.
Su actuación daba tanto miedo, que la mayoría de sus escenas tuvieron que ser acortadas.
El maquillaje que lucía en la película era tóxico, con lo que se alimentó a lo largo de todo el rodaje a base de una dieta líquida.
Cuando se planteó una secuela de El Mago de Oz con el mismo reparto, Margaret Hamilton expresó serias dudas al respecto.
Tras permanecer varias semanas ingresada en el hospital a causa de una serie de quemaduras provocadas por un fuego producido durante el rodaje, Margaret Hamilton se negó a hacer más escenas de este tipo y contrataron a Betty Danko para que las hiciera. De hecho, la primera que vez que vemos a la Malvada Bruja del Oeste en color en la película, es ella y no Margaret Hamilton. Danko también sufrió graves quemaduras durante el rodaje.
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